Coronavirus: La Capital Española No Se Cierra Completamente: Salir, Salir No Salimos Venimos Solo A Despejarnos La Capital Española

Cobra una pensión que no le cubre todos y cada uno de los costos de la casa y la familia, con lo que mendiga todos y cada uno de los días, hasta el momento en que colecta unos 10 euros para sus gastos diarios. Este sábado no pasaba un alma por la acera. Entre la poca gente que había y la especialidad de guardar las distancias, poca gente se le acercaba.

ciudadanos

Según ha informado el Gobierno regional, las ubicaciones son las siguientes. Conque, de momento, el confinamiento de la población no es una alternativa que se contemple. No obstante, sí dejó en manos de las comunidades la decisión de eliminar o seguir con el toque de queda, por lo que desde el próximo lunes van a ser los líderes autonómicos quienes tomen esta resolución, y no el Estado.

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Al final, asimismo se quiere vencer al COVID-19 con la tecnología, por medio de ideas que dejen el control y seguimiento de la epidemia. Específicamente, con el uso de apps móviles inteligentes que realicen un autodiagnóstico del usuario, de forma que se descongestionen los sistemas de atención telefónica de las comunidades autónomas, afín al ya implantado en La capital española. El comercio no puede sobrepasar el 50% de aforo. Cierre a las 22.00 horas salvo en comercios escenciales. No, se restringe la salida y entrada en estas zonas salvo causas concretas como acudir al trabajo, al médico, al instituto y otras causas de fuerza mayor.

Aunque de repente llegó un ángel que depositó cinco euros en la lata y se fue a toda prisa. García, entonces, pensó que era instante de completar el estómago. “Voy a unas monjas que por un café y un bollo me cobran un euro.

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Después cruzó la calle moviendo con ámbas manos las ruedas de su silla. Exactamente, la organización de esta novedosa manifestación, convocada bajo el lema “La capital de españa se levanta y pide sanidad pública y soluciones al Plan de Atención Principal” fué objeto de discusiones y declaraciones públicas en días anteriores. Si bien Ayuso la había tachado de “acto político”, la convocatoria ha corrido a cargo de más de 74 entidades sociales sin filiación partidista, igual que hace tres meses. Entre los organizadores hay interfaces médicas, colectivos de barrio, agrupaciones de pensionistas, sindicatos de alumnos y asociaciones de pacientes. Seguidamente, se ubican las «acciones sanitarias de detección y atención a aquellas personas que estén perjudicadas por el coronavirus».

El funcionario Pablo Díaz, de 37 años, con su pancarta en mano afirmaba que “es una vergüenza esta política sectaria de la presidenta Ayuso”. O la madre de familia Elena Méndez, que ha acudido al lado de su marido Nicolás Astiarna y sus dos hijos de 13 y 4 años, que enseña que “hallar cita con el pediatra del ambulatorio es prácticamente imposible para un catarro del niño, con lo que tenemos que recurrir al médico privado, con el seguro privado de la empresa de mi marido”. “Esa situación -dice-, es la que nos ha empujado a acercarnos a la manifestación”. Fuera de la ciudad más importante se han predeterminado restricciones en múltiples pueblos.

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Pese a las limitaciones, las mascarillas están agotadas en todas las farmacias. Al igual que en las zonas no recluídas, se puede salir y pasear por la noche sin restricción dentro de la zon sanitaria. Eso sí, de nuevo no se va a poder asistir a casa de amigos o familiares una vez sea medianoche. En el resto de las horas del día sigue la limitación de un máximo de 6 personas. En lo concerniente a los centros de enseñanza no reglados, como academias o autoescuelas, el aforo asimismo se disminuye al 50% y la actividad presencial se limita a conjuntos de seis personas máximo y con las oportunas medidas de distancia de seguridad.

hijos

Si bien el progreso siempre deja gente atrás. Más allá de las calles desiertas, Miguel García ha puesto su silla de ruedas en la esquina que siempre y en todo momento ocupa en el barrio de Salamanca. Con una mano bate una lata donde los viandantes, de vez en cuando, le echan una moneda.

García era conductor de grúa de accidentes de tráfico, acompañando a la Guarda Civil que hacía los atestados. Afirma que hace dos años era un hombre sano y robusto, pero que poco a poco se fue haciendo más débil. Una trombosis y un cáncer después, ha perdido las dos piernas. A priori, semeja la población de peligro que habría de estar recluída en el hogar por el progreso del Covid-19, pero afirma que no le teme al virus. Por toda protección transporta una mascarilla color verde olivo. Es lo que mande el de ahí arriba”, dice señalando el cielo.

La calle Serrano, entre las más caras de todo el país, se encontraba desolada. Versace, Gucci, Louis Vuitton o Prada bajaron las persianas. Se ha detenido de súbito el glamur de una zona de La capital española tan extraña a las crisis y a las turbulencias que afectan al resto de los mortales. Ahora son negocios fantasma, como los demás. De súbito, del subsuelo llegaba un sonido. Una alcantarilla se abría y por ella asomaba la cabeza David, técnico de una empresa.

La orden no obliga a llevar mascarilla ni guantes, aunque sí recomienda respetar la protección ahora indicada por el Ministerio de Sanidad. Se va a deber mantener una distancia interpersonal con terceros de por lo menos 2 metros y se tienen que evitar los espacios concurridos, tal como esos sitios donde logren existir aglomeraciones. Siempre y cuando sea posible, se debe transitar de forma continuada sin paradas innecesarias en las vías o espacios públicos.

Por su parte, el secretario general de CCOO, Unai Sueco, ha demandado que “cuando menos el 7,5% del PIB del país se dedique a remarcar la sanidad pública y de ese 7,5% el 25%, cuando menos debe ir de manera directa a la atención primaria”. En un ambiente festivo, cientos y cientos de familias, amigos y sanitarios gritaban al bajar por la Castellana “la sanidad no se vende, se protege” o “los recortes matan”. Pancartas enormes y pequeñas y muchos sanitarios y no sanitarios con bancas blancas en apoyo a la sanidad pública. La marea blanca volvió a tomar la capital. El #Quédateencasa no caló en toda la población. Alicia López, teleoperadora, llamó esta mañana por teléfono a su amiga Sara Martín, empleada de elementos humanos.