Realmente no importa, pues al adentrarte dentro de esa joya del Románico español los nombres se quedan atrás y solo nos concentramos en la belleza que unas manos hábiles y dedicadas tienen la posibilidad de llegar a hacer. De esas testeras sobresalen balcones centenarios, de forja y maderas, que se muestran casi totalmente cubiertos por flores de colores en cualquier época del año. Al dejar el turismo justo en los lindes de esa especie de museo al aire libre, enfilamos por la pequeña cuesta de la calle de Juan Infante, entre las emblemáticas de Santillana y que acaba conduciéndonos hasta su Plaza Mayor.
El local molaba mucho, moderno al unísono que tradicional y todo muy limpio y cuidado.Si váis les sugiero reservar para aseguraros el ubicación. Con ocasión de la celebración del aniversario, el lugar de comidas ha invitado este mes de noviembre a compañeros chefs a cocinar con ellos, y confeccionar un menú degustación de ocho platos, la mitad elaborados por el equipo visitante, mediante los que sostener ese equilibrio entre la tradición y la modernidad. Su puntuación es indicativo de 6.72 es un buen sitio para proceder a comer, no te dolerá el bolsillo si decides venir, sus platos son buenos merecedores de los costos que manejan, que acostumbran a rondar los 20-30€, en el restaurante admiten pagos con tarjeta y en efectivo. En los bajos de exactamente las mismas, ciertas tiendas de artesanía y modelos gastronómicos nos dan una idea de lo que está por llegar, pues al adentrarnos algo más en la villa estas pasan a ser parte del paisaje medieval. A Sartre no le importa que aquel pueblo le esté mintiendo desde el momento de presentarse con su nombre, pues ya se sabe que Santillana del Mar ni es santa, ni llana, ni besada por las aguas del Cantábrico o algún otro mar que se atreva a dejar una marca de sal en su ancestral belleza.
Su casco histórico es peatonal -salvo para los automóviles de los pocos habitantes que habitan en él- con lo que tenemos la posibilidad de visitarlo con la calma que se merece. Prácticamente un siglo más tarde, en 1985, las Cuevas de Altamira, situadas a tan solo 2 km de Santillana, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Santillana Del Mar, Una Villa Medieval Conservada En El Tiempo
Municipio de Santillana del Mar.En ese primer contacto que nos da esa rúa, podemos ver las primeras casas de piedra, cuyas testeras aún muestran los escudos de armas de las familias nobles. EL Pasaje de Los Nobles ha recibido un 4.5 debido a 1206 comentarios de clientes del servicio, indudablemente 1206 no son escasas votaciones, como puedes observar, este lugar de comidas no deja a ningún comsumidor indiferente. Además de esto, se ha realizado una edición particular en lino de los menús que realizarán cada uno de estos chef visitantes, menús que regalarán a los clientes del servicio de estas cenas centenarias como recuerdo de la efeméride. “La pasión de \’Tin\’ por su trabajo nos enseñó a cocinar respetando al límite la materia prima, por este motivo procuramos siempre que nuestros productos sean de temporada, ecológicos y locales”, explica Belén Morquillas, quien ten en cuenta que el restaurante realiza sin gluten todos sus platos ya hace ahora varios años.
Piensa que no hay nada tan bueno para batallar la rutina y abrir la mente como una mochila, un mapa, un cuaderno y un bolígrafo. Para probar otros manjares de la cocina típica de la zona, Santillana del Mar cuenta con algunos restaurantes que no nos defraudarán, siendo El Pasaje de los Nobles entre los más conocidos. En la calle de la Carrera, la familia Velarde nos deja otro obsequio, la Torre de los Velarde, construida por García de Velarde en la época del siglo XV.
Precio
Lo encontrarás en la ubicación calle carrera ,6, localización que asimismo vas a poder conocer sin inconvenientes empleando tu APP de maps preferida caminando o en turismo. Todo empezó un 13 de agosto de 1922 y según Belén Morquillas, la celebración del centenario “es un homenaje a la familia, al esfuerzo y a la dedicación por preservar, respetar y agregar valor al bar-tienda de Fabián”. Por eso, asegura, Fabián, Pina, Julia, Carlos y ella misma son todos “El Pasaje de los Nobles”. La gente que acuden a este lugar de comidas lo hacen por su cocina, lo encontrarás en la localidad de Santillana del Mar, su ubicación no podía ser mejor. Chapas, turismos de hojalata, peonzas, yo-yos, carracas y muchos otros objetos que nos tornan la mirada en una cargada de añoranza. La melancolía queda atrás en el momento en que descendemos las escaleras y estamos con la pequeña tienda llena de dulces, golosinas, juguetes y recuerdos de Santillana.
Pero para llegar a ello, el bar-tienda se debió consolidar en la segunda generación de la mano de Pina y Julia, las hijas de Fabián Fernández, que con esfuerzo mantuvieron el legado de su padre durante prácticamente medio siglo, mientras que corría por el local, Carlos, nieto del principal creador. El día de hoy el bar-tienda abierto en 1922 es el lugar de comidas El Pasaje de los Nobles, muestra un Solete Repsol y desde 2006 lo gestiona Belén Morquillas, bisnieta de Fabián y criada entre las paredes del negocio que continúa la práctica familiar, la de ofrecer tradición en cada plato que se pone en la mesa. David Escribano es periodista de viajes freelance y cuenta sus historias, ya hace mucho más de 13 años, en el blog de viajes Viajablog. Apasionado de la Historia, los viajes de aventura y, más que nada, esos periplos que le dejan conocer etnias y gentes muy diferentes a él.
En El Pasaje de los Nobles tienen una gastronomia sencilla y clásico preparada con mucho mimo….platos modestos en un ámbito agradable y cercano capaz para todos los publicos y bolsillos. Su carta esta compuesta de un 90% de platos capaces para celiacos y esta certificada por la asociación de celiacos de Cantabria y la FACE. Improvisamos totalmente la visita a este lugar de comidas pues nos quedamos sin otras opciones y la verdad que salimos contentos. La camarera fue súper amable en todo momento, tanto explicándonos los platos como preguntando qué tal íbamos.La comida se encontraba riquísima, una calidad increíble y todo casero.
La atalaya despunta sobre la casa de los Quevedo y un antiguo lavadero, desde el que se puede ver la Colegiata de Santa Juliana. Ese grupo de pinturas prehistóricas, que datan del Paleolítico superior, pertence a los bienes rupestres mucho más importantes de todo el mundo, y, sin duda, merece la pena prolongar la visita para ser testigo de ellas (o de sus réplicas, ya que las auténticos solo se pueden visitar mediante sorteo). Las anchoas son garantía por la zona, pero estaban acompañados por pimientos confitados inusuales. El restaurante EL Pasaje de Los Nobles abre sus puertas en las visitadas calles de Santillana del Mar. ¿Tienes ganas de saber como visitarlo?
Resaltamos las anchoas, el bonito y la hamburguesa de carne cántabra, pero la carrillera de carne asimismo se encontraba muy buena. En 1922 Fabián Fernández llegó a Santillana del Mar desde su Castilla natal para comenzar un emprendimiento vital en un bar-tienda propio de la época al que llamó El Pasaje, un negocio que celebra 100 años de desempeño ininterrumpido a cargo de la cuarta generación de exactamente la misma familia. La amplitud de su carta es la justa y necesaria para un restaurante de este estilo, si tienes apetito, ven a este lugar de comidas a probar sus exquisitos platos de comida otras cocinas españolas, el plato estrella es queso. No faltamos a nuestra cita de forma anual en este encantador lugar de comidas en pleno centro histórico de Santillana del mar. La comida exquisita y para mí tienen la mejor tarta de queso que he probado, nunca defrauda. La cuarta generación, la de Belén Morquillas, sostiene la tradición culinaria de la familia al frente de los fogones y le añade la innovación a la oferta gastronómica, proceso pilotado en la cocina por el añorado chef Ernesto Domínguez Linares \’Tin\’ hasta su fallecimiento y desde este mismo año por Urko Arenaza.
Preservando un cuidado ambiente desde 1881, El Pasaje de los Nobles está situado en una vivienda del siglo XIX en pleno casco viejo de la villa medieval de Santillana del Mar. Entre sus muros llenos de historia y tras múltiples generaciones aplicados a la restauración, El Pasaje de los Nobles mantiene su gusto tradicional, cuidando tanto su interesante y acogedora decoración, como una gastronomía que sostiene la raíz culinaria de Cantabria. Para deleite del viajero, tiene 2 comedores donde probar las recomendaciones de su carta.
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En una entrevista con EFE, Belén Morquillas explica que la esencia del restaurante “es el amor, la dedicación y la humildad” en el trabajo períodico, lo mismo que hace un siglo, aunque en este momento “por medio de una cocina que surge y se sustenta en la tradición con un guiño a lo contemporáneo”. Son pocos los sitios de comidas que pueden celebrar cien años siempre y en todo momento bajo la propiedad de una misma familia. Los vaivenes de la vida, las coyunturas económicas e inclusive una guerra no han sido suficientes para cortar la trayectoria del Pasaje de los Nobles en Santillana del Mar… No obstante, en el momento en que hablamos de dulces es imposible olvidarnos de los sobaos pasiegos que vamos a encontrar en las decenas y decenas de pequeñas tiendas que se hallan en Santillana, siempre y en todo momento acompañados en los aparadores de sus indivisibles socias, las anchoas de Santoña. Pero no es el único edificio espiritual de Santillana que merece la pena ser visitado. El convento Regina Coeli, de la orden dominicana y original de finales del siglo XVI, aloja un magnífico museo diocesano que tiene cerca de 800 piezas de entre los siglos VII y XX.